Hemos luchado contra las consecuencias de las obras en 2017 de las urbanizaciones contiguas, durante tres años, la terrible pandemia del COVID 2020, en la que tuvimos que denunciar para que un juez sentenciara la bajada del alquiler durante los meses cerrados y hasta que se acabaron las restricciones, pues los caseros no quisieron llegar a ningún acuerdo… la pandemia no iba con ellos.

Filomena 2021, que produjo la caída del árbol en nuestra carpa y la destruyó por completo, obligando a cerrar durante 3 meses…

El incendio de la cocina 2022, en plena temporada de comuniones que obligó al cierre durante casi 2 meses…

En todos los casos, el daño económico y anímico han sido terribles pero tocaba coger fuerzas, pedir créditos y seguir adelante…

El año pasado se vence una viga del techo del corredor que hemos apuntalado para evitar una desgracia… aún estamos esperando que los caseros se interesen por ello.
Se viene su propiedad abajo y solo se dedican a recurrir una sentencia de un desahucio que nos impusieron por retraso en el pago al estar cerrados y con restricciones en los meses del confinamiento y, aunque en su día lo habíamos ganado, no quieren saber nada a pesar de que ya estamos al corriente de pago según informe de la Audiencia Provincial Civil de Madrid.

Al final, lo más triste es que hemos tenido que anular bodas y eventos contratados hace más de un año porque no han querido entablar ningún tipo de conversación para llegar a un acuerdo.

A pesar de todo, han sido más de 30 años poniendo todo el cariño y esfuerzo en nuestro trabajo para convertir La Hípica de Tres Cantos en un referente de esta localidad, un rincón especial y familiar que ha dado grandes y bonitos momentos.

Solo nos queda decir gracias de corazón y hasta siempre.

Marga Gómez.